Terapia Ocupacional Niños
La integración sensorial es un proceso neurológico por el cual las sensaciones que provienen de nuestro entorno y nuestro cuerpo son organizadas e interpretadas para su uso.
Para la mayoría de niños la integración sensorial se desarrolla de manera natural a lo largo de la infancia, a través de un sinfín de actividades y estímulos que se reciben, Sin embargo para muchos niños este proceso no se desarrolla de forma tan eficiente como debería, cuando esto sucede pueden evidenciarse distintos problemas de aprendizaje, comportamientos o desarrollo.
Estas son las respuestas inadecuadas que pueden observarse cuando un sistema sensorial no está funcionando de manera adecuada:
- Se distrae fácilmente.
- Es impulsivo.
- Su juego es tosco.
- Intrépido, no mide el peligro.
- Busca el movimiento constante.
- Se frustra fácilmente.
- Es descoordinado.
- Tiene poca precisión motriz.
- Tiene poco equilibrio.
- Dificultad para aprender nuevas tareas motrices.
- Miedo exagerado ante el movimiento.
- Le disgusta moverse y se cansa fácilmente.
- Evita el contacto con arena, temperas o goma.
- Miedo ante los sonidos fuertes.
- No mira a los ojos, evita contacto visual.
- Dificultad para los cambios de habilidades o rutinas.
- Problemas de aprendizaje.
- Problemas de cálculo o razonamiento espacial.
- No coge bien el lápiz.
- Se cansa al pintar, escribir, etc.
- Trazos irregulares.
- Letra poco legible.
- Le cuesta abotonarse, subir y bajar cierres.
- Le disgusta que le corten el cabello.
Si su niño presenta alguna de estas características o considera que puede tratarse de una disfunción sensorial, consulte con un terapeuta ocupacional, él es la persona indicada para orientarlo.